diciembre 26, 2010

Inquietud

 Título "Extraños en un tren metafórico"


¡Pero que manera de tomar café! Aveces hasta que nos duele la cabeza. Lo sé, no es buen negocio eso de pagar por un malestar, pero lo cierto es que pasa sin querer. Prevalece en nosotros esa pueril inquietud.           
Estuve meditando sobre las razones de quererte tanto y creo que encontré la respuesta. Junto a ti descubrí el tipo de persona que quiero ser. Determinado parte de mis misiones. Bailado, cantado, dormido y reído como con nadie...Aunque creo que lo más importantes es que nunca me haz pedido nada a cambio y aun así yo he quiero dartelo todo.




diciembre 24, 2010

No estoy segura de que fuera navidad

 Título "Ernesto salva la navidad"


No estoy segura de que fuera navidad, pero lo parecía. 

El día había comenzado con la perdida de uno de mis dientes, pero eso no aminoró la experiencia de descubrir una nueva ciudad muy lejos de la mía. Aquello me distrajo de la idea de ser visitada por un hada cleptómana en su intento de meter la mano bajo mi almohada.

Nadie me advirtió que de vuelta al hotel encontraría las camas tendidas, la ropa en su lugar y chocolates en el tocador. ¿Qué hace todo el mundo comprando casas cuando deberían estar mudándose a habitaciones de hotel?

Tomé un baño caliente, me puse la pijama y mientras lavaba mis dientes deje caer al retrete "por accidente" un premolar de leche en un acto de precaución.

Mi madre recibió un carrito con la cena, cubierta con extravagantes tapas metálicas para conservar su calor. Mi hermano prendió el televisor, eligiendo entre todos los canales aquel donde emitían la película "Ernesto salva la navidad". Tan ligera e hilarante.

Una solo lampara iluminaba toda la habitación y tras el gran ventanal las luces de los edificios se unían con las estrellas. Aunque la ciudad no podía ser más ajena y nada nos pertenecía en ese lugar, todo lo que necesitaba en el mundo se concentró en cuatro paredes, y la noche trascurrió como la más dulce de las navidades.


diciembre 21, 2010

Memento

Título "Memento"

"Aquel aventurero no piensa en el futuro, solo presta atención en el ahora. Lo único que le apasiona del pasado es que sobrevivió a el"

-Boquita Blasfema a.k.a. Mariella 


Nora dejó de escribir sobre su vida el día que el viejo perro del vecino entró y lo destruyó todo a su paso. Una bolsa enorme con té de la india, un libro con buenas historias de J. Cortazar, una docena de fotos, entre otras cosas cuya importancia era poca, porque hasta hoy no las echa de menos. Lo que sí era digno de lamentos era su bitácora, de la que solo quedaron los aros metálicos y cientos de palabras trituradas, como si aquel animal hubiese gozado por primera vez de la carroña. Así fue como la vida descompuesta de Nora fue tragada por un sabueso.

En el momento Nora no reparó en aquella perdida, pues tras el desastre le siguió una acalorada discusión con el portero y amenazas hacia el vecino jurándole que hablaría a la perrera. Y apenas terminado de limpiar, sus parpados y ella calleron rendidos en el sofá.

Al despertar, antes del desayuno un extraño temor de perdida le asaltó, así que decidió dejar a un lado ese habito de anotarlo todo y optó por memorizar solo lo que creía valía la pena, mientras que todo lo sobrante se permitió olvidarlo. 

Las personas a su alrededor comenzaron a hablar de lo bien que se veía últimamente, un brillo de ligereza se podía apreciar en sus ojos. Poco a poco olvidó su disputa con el viejo sabueso e inclusivo, tras la extraña muerte de su vecino ella decidió adoptarlo y lo rebautizó con el nombre de Leonard Shelby. Y así fue como Nora se indujo una amnesia parcial solo para conocerse de nuevo, a partir de cero limitantes o suposiciones, lo que ella era ahora en esta ocasión no tendría nada que ver con lo que fue.



diciembre 13, 2010

Los creyentes


"The gratest escape I ever made was when I left Appleton, Wisconsin"

-Harry Houdini


Esta historia me gusta contarla, pero nunca lo hago bien.   Hace un par de años tenía la costumbre de extraviar mi cartera constantemente. La dejaba en bancas, mostradores, butacas. Consecuencia de una mente abrumada. Un día N la encontró e hizo la cosas más descabellada envolviéndola en capas y capas y más capas de periódico, para  luego echarla dentro de un bote de basura. Después me hizo buscarla. ¡Oh! como lo maldije durante toda mi búsqueda. Pero cuando terminé de desenvolverla de esa cantidad ridícula de papel, encontré además de mi cartera, un mensaje para mí iluminador. Desde aquel día N se convirtió en uno de mis mejores a amigos.

Vivimos para ser sorprendidos. Me parece que no le sacamos el debido provecho a esa verdad. Cuando presenciamos un espectáculo de magia, el prestidigitador ante nosotros tiene mucho a su favor, puesto que estamos ahí, dispuestos a ser engañados para nuestro entretenimiento.
 

Nada como sorprender a alguien y dejarle atónito. El ilusionista ni siquiera necesita poner en evidencia su autoría, de hecho el anonimato ofrece cierta dulzura. Por eso sugiero siempre guardar un par de trucos bajo la manga, para que los compartan en momentos claves, para que sean generosos. 

En cuanto al contenido de la nota que N puso en mi cartera... pues nada me gustaría mas que decírselo, pero son mayores mis deseos de que sean ustedes quienes escriban su  propia versión, palabras dulces que curen sin querer, y luego vayan a volver loco a un amigo.